Lo más curioso es que de estos 3.500 niños olímpicos, sólo 6 han nacido en Pekín capital, y el resto están repartidos por todo el país. El espíritu olímpico de los papás chinos no acaba ahí, sino que otros papas han ido más allá, y le están poniendo a sus hijos el nombre de las mascotas olímpicas. En total, estos Juegos tienen 5 mascotas, que son diferentes animales tradicionales en China. Cada uno de ellos tiene como nombre una sílaba repetida, que si se juntan todos significa “Pekín les da la bienvenida”. En total, hay ya 4.000 niños con nombre de mascota. El más usado es Jing Jing, con el que han sido nombrados 1.240 niños. Unos mil se llaman Huan Huan; y unos 900, Bei Bei. Los menos usados hasta el momento son Ying Ying y Ni Ni, con unos 600 niños cada uno. Cogiendo una sílaba de cada uno sale esa frase, el Bei-jing Huan-Ying Ni, es decir, Pekín os da la bienvenida. 
Más historias de Pekín. Los chinos llevan las obras a un ritmo poco habitual en la historia olímpica, ya están casi todas acabadas, por lo que se están dedicando a construir otras cosas, como una Noria Olímpica. Esta noria tiene la peculiaridad de ser la noria más alta del mundo, superando a la de Londres, ciudad que precisamente acogerá los siguientes Juegos de Verano en 2012. La noria en cuestión medirá 208 metros, en referencia al año de los Juegos, y supera en más de 70 metros a la de Londres. Gracias a esta noria se podrá ver Pekín a vista de pájaro. En ella podrán montar a la vez casi 2.000 personas, y aparte de un símbolo de los Juegos, se espera que sea un negocio redondo. Así, por ejemplo, en la Noria de Londres han montado 30 millones de personas en los 7 años que llevan funcionando. A razón de 13 libras, unos 27 dólares por persona, pues se ve claramente el negocio.

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