Nos han echado

La anterior ocasión en que la ciudad de Madrid presentó su candidatura para albergar los Juegos Olímpicos de Verano, su estrategia fue bastante diferente a la actual. Para intentar conseguir aquellos Juegos, Madrid se propuso organizar todos los eventos posibles para demostrar su poderío a la hora de albergar eventos.

Entre aquellos eventos que solicitó Madrid, estuvo la Fase Final de la Liga Mundial de Voleibol 2003. Este es un evento que organiza la Federación Internacional de Voleibol en una única ciudad durante una semana, donde se reunen las que han sido mejores selecciones en la liguilla previa con la que cuenta el torneo.

Aquella Fase Final de la Liga Mundial 2003 se disputó en la plaza de toros de Vistalegre, y tuvo una final con desenlace épico entre Brasil y la que todavía por aquel entonces era Serbia y Montenegro. El quinto y último set, que tiene como tope los 15 puntos, se fue hasta un 29-31 favorable para Brasil.

Como se ve en la imagen, Vistalegre presentó un gran aspecto en aquel torneo, y la final fue una fiesta con la afición serbia y la brasileña. Pero aquel gran ambiente tenía truco. El diario Marca editó una guía con motivo de aquel torneo. Siendo el voleibol un deporte minoritario en nuestro país, el que tuviera una guía era un punto muy importante a su favor. Pero es que aquella guía, que sólo costaba 2 €uros, tenía un regalo que explica a la perfección la gran afluencia de público a Vistalegre: una entrada para todos los partidos del torneo. Con lo que la plaza siempre podía presentar un buen aspecto.

Pues bien, ahora, aunque ha habido alguna invitación masiva, ésta no ha calado, porque España ha sido excluida de la próxima edición de la Liga Mundial de Voleibol por la poca afluencia de público que han tenido los partidos disputados en nuestro país en 2007, durante la liguilla previa de la competición.

La Liga Mundial de Voleibol es una competición diferente, que se disputa por invitación de la Federación Internacional de Voleibol. Actualmente cada año la disputan 16 equipos, entre los que están las mejores selecciones del mundo. Tras conseguir el Europeo de 2007, a España la invitaron para que regresara a la Liga Mundial en 2008. Pero se encontró con otro problema: la televisión. La FIVB exige que todos los partidos sean televisados. A última hora, Televisión Española dio su brazo a torcer y aceptó retransmitir los partidos, con lo que España pudo disputar el torneo.

Los partidos de España (un total de 6, a razón de 2 contra cada selección en días consecutivos) se disputaron en 3 sedes: Valladolid (dos), Madrid (uno en Vistalegre y dos en el Telefónica Arena) y Pinto (uno). Ninguno de los partidos superó los 5.000 espectadores, y sirva decir que las cifras de Valladolid y Madrid fueron similares. Y eso que la entrada en Pinto fue gratuita, y el precio de las entradas para los partidos de Madrid fue de tan sólo 3 €uros. Lo de Valladolid tenía truco: se repartieron invitaciones, hasta ¡20.000! por centros escolares de la capital vallisoletana y su provincia. Las cifras son desalentadoras: en uno de los partidos disputados en Valladolid hubo 4.957 espectadores y en el otro 2.150.

En la presentación de aquellos partidos en Valladolid (a la que corresponde la imagen), el propio presidente de la Federación Española de Voleibol, Agustín Martín, animaba a los espetadores a ir a ver los partidos ya que, según él mismo dijo "uno de los factores determinantes para que una selección pueda disputar la Liga Mundial es el número de espectadores que consigue atraer". España no ha sabido, o no ha querido, que los partidos tuvieran público, por lo que la exclusión para la edición del 2008 viene a ser lógica. Aunque parece que el "no ha querido" se contradice con el repartir invitaciones gratuitas a diestro y siniestro, la circunstancia no es tal.

Con todos los respetos, pero ¿qué tradición en el voleibol tienen Valladolid, Madrid y Pinto? ¿No habría tenido más lógica llevar los partidos a alguna de las plazas donde sí hay voleibol habitualmente? Es decir, Almería, Soria, Teruel, Granada, Palma de Mallorca, Tenerife, etc. Algunas de ellas son ciudades pequeñas, pero son ciudades donde sí hay tradición de voleibol con lo que la afluencia de público iba a ser mayor a los pabellones, y en todo caso, ese público iba a ser mucho más entendido. Y obviando el nombre de las ciudades, ¿qué sentido tiene concentrar los partidos en el centro de España? ¿No habría sido mejor repartirlos, dos centro, dos sur y dos, por ejemplo, en alguna isla?