sábado, 8 de diciembre de 2007

Puertas al campo innecesarias

La Federación Internacional de Gimnasia Artística quiere prohibir la participación de los menores de 16 años en las grandes competiciones internacionales, es decir, Mundiales y Juegos Olímpicos. El presidente de la Federación Internacional, Bruno Grandi, promotor de la idea, piensa que la gimnasia no es para niños. Según él, sólo se debe permitir competir a los gimnastas internacionalmente cuando estén maduros física y mentalmente.
Obviando el aspecto de que es imposible establecer una "edad de madurez", es decir, que un chaval de 14 años puede ser muy maduro, tanto física como mentalmente, y uno de 18 años ni por asomo; esta propuesta abre un debate sobre el propio futuro de la gimnasia.


Aunque la propuesta de Grandi es limitar la competición a nivel internacional, el máximo objetivo de cualquier deportista es desarrollar lo máximo posible sus posibilidades. Y eso pasa por poder competir en todos los eventos posibles, no estar limitados a algunos por edad. Además, la gimnasia es un deporte, nos guste o no, minoritario, pese a que es uno de los tres pilares del programa de los Juegos Olímpicos (junto con el atletismo y la natación). Eso implica que se tengan que abrir todas las puertas posibles, y no cerrarlas.
Entre esas puertas se encuentran la de los jóvenes gimnastas. En la sociedad actual, pocos niños deciden dedicarse al deporte "sacrificado". Es decir, aquel deporte que requiere horas y horas de entrenamiento todos los días de la semana, y que además, reduce a la mínima expresión la vida social de esos deportistas. Me refiero a deportes como la natación, las dos gimnasias, tanto la artística como la rítmica, o el propio atletismo.

Estos no son deportes de un entrenamiento diario de un par de horas y de un partido cada fin de semana, como son el fútbol, baloncesto, balonmano, etc. La gimnasia, atletismo, y natación, por seguir con el ejemplo, son deportes que exigen un sacrificio enorme, y que lo que menos necesitan, es poner trabas por el camino, como la que propone el presidente de la Federación Internacional. Porque el cortar las alas a los chavales hasta que cumplan 16 años supone una importante limitación. Todos esos deportes, o se inicia su práctica a edad temprana, o es muy díficil dedicarse posteriormente a ellos. Ya digo, no pongamos puertas al campo innecesarias. Quién vale, vale, y por lo tanto si un chaval de 14 años es un superdotado para la gimnasia, dejémosle competir. Por el bien de la propia gimnasia.

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