La antorcha ya está encendida

“Apolo, dios del Sol, envía tus rayos y enciende la antorcha sagrada para la hospitalaria ciudad de Pekín”. Esa frase fue pronunciada hace 7 días en las ruinas de la antigua ciudad de Olimpia, donde se disputaban los Juegos Olímpicos de la Antigüedad. Y esa frase marca el encendido de la antorcha olímpica.

El lunes pasado, las sacerdotisas invocaron una vez más a Apolo para que encendiera el fuego, y pudiera comenzar uno de los rituales olímpicos más tradicionales. Cada 4 años, la explanada frente al templo de Hera acoge este acto tan simbólico para el olimpismo.
Una vez encendida la antorcha, ha iniciado su viaje. El primer relevista fue el olímpico de taekwondo Alexandros Nikolaidis. Durante toda la semana pasada, recorrió Grecia. Y ayer domingo, ya se produjo el traspaso de poderes. Las autoridades griegas entregaron el fuego al comité organizador de los Juegos de Pekín. Este acto de entrega tuvo lugar en otro recinto emblemático, el estadio de Panathinaiko, en Atenas.

Durante el día de hoy la antorcha ha viajado hasta Pekín. Allí estará unos días para empezar esta misma semana su gira mundial. La antorcha va a recorrer hasta el 8 de agosto un total de 137 ciudades. Eso sí, 113 son ciudades chinas. La antorcha, como viene siendo tradición últimamente viajará de ciudad en ciudad, y esta vez, no pasará por España.
Cuando se inició el rito, el fuego viajaba de mano en mano desde Olimpia hasta la ciudad organizadora de los Juegos. Ahora ya no. Ahora la antorcha viaja en avión o en coche de ciudad en ciudad, y en esa ciudad se hacen unos cuantos relevos. Por ejemplo, en 2004, Madrid y Barcelona dieron relevos durante un par de horas, con personas de todo tipo, incluida María Teresa Campos.

Durante los 137.000 kilómetros que va a recorrer esta antorcha, va a tener tiempo hasta de subir al Everest. Esta subida va a ser llevada a cabo por especialistas de la TV pública china, que llevan varios meses entrenándose para ello.
Para que la llama suba sin problemas, se va a cerrar el Everest durante 10 días. Del 1 al 10 de mayo nadie podrá subir a la cima más alta del mundo, salvo ellos, claro. Aparte de para facilitar el ascenso de estos especialistas, es para evitar cualquier tipo de incidente en la subida.
Durante estas semanas se han acentuado las protestas, las críticas al gobierno chino, y también los llamamientos al boicot. Precisamente, la ceremonia de encendido de la antorcha olímpica también tuvo su ración de incidentes.
Tres representantes de la organización Reporteros Sin Fronteras interrumpieron la ceremonia. Bueno, en realidad no. Aunque saltaron con banderas donde los aros olímpicos eran esposas, el representante chino que estaba dando un discurso siguió como si nada dando su discurso. Bueno, levantando la voz, para que no se oyera a estos manifestantes… como suelen hacer en China.

Uno de estos representantes de Reporteros sin Fronteras saltó al grito de Libertad para China. Y mientras tanto, el Comité Olímpico Internacional calla, para no molestar a los organizadores chinos. En esa ceremonia en Olimpia estaba Jacques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional. Y a raíz de las protestas que hubo, dijo que “siempre es lamentable que se produzcan protestas, pero éstas no han sido violentas y eso es lo que importa”. Con lo que, por una regla de tres simple, a Jacques Rogge, presidente del COI, le da igual por qué protestaban. Curioso.
También ha dicho Rogge no estar cómodo con la situación que vive Tíbet. Recordamos que China lleva 49 años ocupando este territorio, lo que provocó en su día el exilio del Dalai Lama. Evidentemente, los tibetanos quieren aprovechar el año olímpico para intentar librarse de la ocupación China. Y los chinos de momento, sólo reprenden a los manifestantes, sin sentarse a hablar nada, ellos sabrán... Eso sí, dice el Dalai Lama que él está de acuerdo en que China acoja los Juegos porque son la nación más poblada del mundo.

Por rescatar algunas declaraciones contradictorias de estas semanas, el propio Rogge dijo que ni el COI ni los Juegos pueden estar aislados de la sociedad. Pero a su vez, Alejandro Blanco, el presidente del Comité Olímpico Español, ha dicho que los Juegos son un acontecimiento deportivo, que no tiene que ver con la política. Y Samaranch hijo, miembro de la Asamblea del COI, ha dicho que “es un error y una injusticia que los Juegos Olímpicos se utilicen como excusa para reivindicar cuestiones extradeportivas”.

La gran polémica la ha desatado el presidente francés, Nicolás Sarkozy, la semana pasada. Preguntado sobre un posible boicot a los Juegos, o a la Ceremonia de Inauguración de los mismos, dijo que “todas las opciones están abiertas, quiero que empiece el diálogo y modularé mi respuesta en función de la que den las autoridades chinas. Así es como hay que reaccionar si se quieren obtener resultados”.
Sarkozy quiere que los Juegos sirvan para arreglar cosas en China. Y la población francesa apoya este boicot, eso sí, a la ceremonia de inauguración. Incluso la televisión pública francesa ha mostrado su intención de no realizar la cobertura de los Juegos si China lleva a cabo algún tipo de censura.


En el movimiento olímpico existe terror a la palabra boicot. Sólo decirla. Y es que los boicots hicieron mucho daño a la historia olímpica en los años 80. En ese caso, en todos los boicots los países renunciaban a acudir a los Juegos. Para esta edición de Pekín, parece claro que todos los países van a acudir hasta allí, y la duda es saber si alguno prefiere no acudir a las ceremonias, que es donde el país anfitrión se vende al resto del mundo.

En la reunión de los ministros de Exteriores de la Unión Europea de este fin de semana se ha llegado al acuerdo de no boicotear nada. Y de paso, hacen un llamamiento a China para que dialogue con los tibetanos, y con su líder espiritual, el Dalai Lama. Pero a nivel individual sí están surgiendo voces disidentes.
Así por ejemplo, el ministro sueco de Justicia quiere que sus deportistas no vayan a las ceremonias. Por su parte, Ángela Merkel, la canciller alemana ha dicho que no irá a la ceremonia de Apertura. Y tampoco lo harán el primer ministro polaco, y el presidente checo.
Aquí en España no tenemos intención de boicotear nada de momento. Miguel Ángel Moratinos, Ministro de Exteriores, dice que los Juegos deben usarse para hablar de los diversos problemas, pero siguiendo el espíritu olímpico.

A nivel individual, un deportista ya ha dicho que no va estar en la ceremonia: el ciclista noruego Thor Husovd. Otro que ha elevado la voz es el gran Pieter Van den Hoogenband, triple campeón olímpico de natación. Van den Hoogenband le ha pedido a Jacques Rogge que se pronuncie, como máximo jerarca del deporte, a favor de la mejora de los derechos humanos en China. Pero el COI no habla mucho para no mosquear a los Chinos. Precisamente, el ministro de Asuntos Exteriores chino, que se llama Qin Banda, dice que “hay que atenerse al espíritu olímpico y no politizar los Juegos”.
En fin, que los Juegos van a celebrarse, pero de aquí a agosto, y durante los propios Juegos, va a haber muchos, muchos problemas.