miércoles, 23 de diciembre de 2009

El regreso del Kaiser

Navidad siempre es tiempo de regresos. Ya conocemos el mítico anuncio de El Almendro, con su "vuelve, a casa vuelve, por Navidad". Pues bien, vuelve alguien. Alguien a quien no se le esperaba ni por asomo. Pero está de vuelta, y parece que por un largo tiempo. Sí, el Kaiser, Michael Schumacher, vuelve.

Cuando el heptacampeón del mundo de Fórmula 1 anunciaba en aquel Gran Premio de Italia de 2006 que a final de temporada lo dejaba, muchos pensaban que lo haría con un octavo título en el zurrón. Quizás él mismo también lo pensaba. Alonso seguía como líder de aquel Mundial, pero no era el mismo Alonso, mejor dicho, no era el mismo Renault, que había arrasado el año anterior, cuando aseguró el título a dos carreras del final, en Brasil, y pudo hacer una gira asiática (quedaban los Grandes Premios de Japón y China), "de exhibición", así, literalmente, con uno de los mejores adelantamientos de siempre: el de Alonso a Schumi en la curva 130-R de Suzuka.

Bien, aquel 2006 también Alonso empezó el año dominando, con 6 victorias en las primeras 9 carreras del año. Mientras, Michael Schumacher conseguía dos victorias en esas 3 carreras que no ganó Alonso. Pero el asturiano tenía una regularidad espectacular: en aquellas 3 carreras que no ganó de la primera parte de la temporada, hizo segundo. Iba directo a renovar el título mundial.
Pero la cosa cambió a partir del Gran Premio de Canadá, donde consiguió la victoria Alonso y Schumacher fue segundo. Desde ahí, la segunda parte de la temporada empezó a ser un camino tortuoso para el español. El Kaiser lograba tres victorias seguidas, y las cosas se apretaban de cara al final de temporada. Tras un nefasto GP de Hungría para ambos, y la cita turca donde Massa se impuso, con Alonso y Schumi escoltándole en el podio, llegó la cita italiana en Monza, la gran fiesta de Ferrari.

Aquel Gran Premio no pudo salir mejor para los intereses de la escudería del cavallino rampante. Michael Schumacher ganaba comódamente, con Raikkonen segundo. Alonso se vio obligado a abandonar en la vuelta 43 por rotura de motor. Todo se iba a jugar en la gira asiática por China y Japón, y la cita final de Brasil. En Sepang se imponía Michael Schumacher con Alonso segundo, y eso provocaba un empate a 116 puntos a falta de dos citas. Visto lo visto en los últimos Grandes Premios, la cosa pintaba mal para Alonso.
Pero el destino cambió. En el momento más inoportuno, lo que no había pasado en años, el motor del Ferrari de Schumacher reventaba, y abría las puertas de la victoria para Alonso en esa cita de Suzuka, y también para el título mundial. Sólo hacía falta asegurar en la cita final de Interlagos.

Tras aquel Gran Premio de Italia que auguraba un fin de temporada triunfal para Ferrari (al final ni siquiera ganaron el título de constructores), el Kaiser anunciaba su adiós, que, a todos los efectos, parecía definitivo. Sin embargo, el accidente de Massa el pasado verano hizo que Schumacher volviera a estar vestido de rojo a partir del GP de Europa en Valencia. Pero una lesión que había sufrido en el cuello montando en moto en el circuito de Cartagena, que no estaba bien curada, se lo impidió. La cuestión es que debió quedarse con las ganas.
En este miércoles 23 de Diciembre, después de múltiples rumores, Michael Schumacher ha confirmado que vuelve al Mundial, de la mano de Mercedes. Y lo que es para mí más sorprendente ¡¡¡por 3 temporadas!!!. Es decir, no es un regreso para matar un rato el gusanillo. Es un regreso para seguir haciendo aún más historia en el Mundial de F1.

En esta vuelta ha sido fundamental, evidentemente, la presencia en el equipo, ahora de capital alemán, de Ross Brawn. La gran cabeza pensante de la Fórmula 1 en la última década y media compró por un simbólico euro la estructura de la escudería Honda e hizo, aprovechando un resquicio del reglamento (los dobles difusores), que un equipo "recién creado", se llevara los títulos de pilotos (con Button) y de constructores.
Quizás la marcha de Button a McLaren haya sido fundamental para el regreso del Kaiser. El británico, tras ganar el Mundial, quería cobrar más, pero Brawn no se lo podía ofrecer. Así que ni corto ni perezoso decidió hacer las maletas e irse "a casa", para hacer una escudería plenamente británica, con la dupla Hamilton-Button.

Es muy posible que Button se arrepienta de esta decisión cuando vea el caso que le hacen a él en el equipo y el que le hacen a Hamilton. Tras una década penando por la Fórmula 1, donde hasta un británico "recién" llegado ganó el título antes que él (el propio Hamilton), y de estar desahuciado el pasado mes de enero, hasta que Ross Brawn decidió reinventar la antigua Honda, su marcha nos permite asistir al regreso de Schumacher.
Y al igual que habrá un dupla británica en McLaren, se formará una dupla germana en Mercedes, con el dúo Michael Schumacher-Nico Rosberg. Como contraposición, Ferrari tendrá una dupla latina, Alonso-Massa. Estilos de ver la vida, desde luego.

Se hará raro ver a Schumacher con un mono donde no prevalezca el color rojo. Y será una oportunidad única para ver en la pista juntos a cuatro campeones del mundo: Schumacher, Alonso, Hamilton y Button. De hecho, Schumacher y Hamilton no han coincidido en la pista.
El regreso de Schumi no parece fácil, por los cambios que ha habido en estos tres últimos años en la Fórmula 1 (incluidas carreras de noche) y en las coches, a los que se añaden los que habrá de cara a la nueva temporada (sin repostajes, pero se vuelve a la calificación pura, a depósito vacío, donde se verá al mejor, y ahí tiene mucho que decir). Es muy arriesgado pronosticar que puede pasar en este regreso, pero sin duda vamos a disfrutar, y si Ross Brawn está en el muro todo puede pasar, como ya vimos en la era dorada de Ferrari, y los 5 títulos consecutivos. Tras un año de Mundial sin pena ni gloria, tenemos por delante la temporada más apasionante de los últimos tiempos. El Kaiser está de vuelta. Bienvenido.

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