Algún día, porque algún día llegará el momento, los ciclistas se rebelarán contra todos estos atropellos por parte de organizadores y de la Unión Ciclista Internacional. Porque no es de recibo que sean ellos los únicos chivos expiatorios del deporte mundial. Desde aquel "histórico", por tantas cosas, Tour del 98, el dopaje en el deporte es sinónimo de ciclismo. Y el problema no se va a arreglar con medidas como ese pasaporte biológico, porque, una vez más, es una medida unilateral; que no se pone en marcha de acuerdo con equipos y ciclistas. Por lo que de una forma u otra queda condenada al fracaso, o al menos, a no funcionar.

De momento, para olvidar estos malos años con escándalos de dopaje de por medio, la organización presentará mañana en el Palacio de Congresos de París una importante novedad. Por primera vez desde 1967, el Tour, que arrancará en Brest, lo hará sin etapa prólogo. El Tour parece querer reinventarse, aunque Por lo que se refiere al resto del recorrido que se dará a conocer mañana, parece que los Alpes tendrán más protagonismo que los Pirineos, aunque éstos se pasarán en último lugar. Mañana saldremos de dudas y veremos si la organización dice algo sobre Iban Mayo, que dio positivo por EPO, luego el contranálisis ha dicho que no, pero la UCI hace oídos sordos. Así le va al ciclismo.
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