lunes, 17 de marzo de 2008

La "nueva" Fórmula 1

Es bastante arriesgado calificar como "nueva" Fórmula 1 a la competición que empezó ayer domingo en Australia. Y más aún en un circuito como Albert Park, donde suele producirse cierto caos durante la carrera. Pero los más veteranos de los coches vimos síntomas que hacen pensar en que, por fin, la Fórmula 1 vuelve a ser un espectáculo de coches y no una hilera de vehículos que parece que recorren el circuito en vías de tren. Desde las primeras vueltas se vio el comportamiento muy inestable de los coches, y como ni dos pilotos hacían de la misma manera la misma curva. Para esto es fundamental el nuevo reglamento, que ha eliminado el control de tracción y ha impuesto una centralita única para todos los equipos, suministrada por McLaren.

El reglamento actual todavía tiene alguna "pega" que debería ser eliminada en pro del espectáculo y de la improvisación de las carreras. Como la que restringe los repostajes con el safety car en pista hasta que todos los coches están agrupados tras el mismo. Con esta regla, no se desvirtua la carrera con una entrada a boxes masiva cuando sale el coche de seguridad. Pero a la vez, se llega a situaciones extremas, como la de Alonso este fin de semana. La salida del segundo coche de seguridad le obligó a apurar la gasolina al máximo, tanto que cuando ya pudo entrar a repostar, lo hizo con escasos 200 gramos de gasolina. Si lo hubiera hecho antes, habría sido sancionado. Por lo que parece una regla que, en casos como éste, se considera excesiva.

Hay otra regla que a mí particularmente no me gusta nada, la que obliga en una misma carrera a poner neumáticos "blandos" y "duros". Con esta regla, en situaciones de calor extremo, o con circuitos muy abrasivos, se obliga a los pilotos a hacer un mínimo de dos paradas en boxes, ya que con una única detención en boxes se tendría que hacer la mitad de la carrera con neumáticos blandos, y es posible que no aguanten. En Australia sí aguantaron los de Kimi Raikkonen la mitad de la carrera, pero sino existiera esta regla, Fernando Alonso podría haber necesitado una única parada durante la prueba.

El caos que hemos vivido en el primer Gran Premio de la temporada (con ayudas electrónicas la escabechina habría sido similar teniendo en cuenta los motivos de los abandonos) puede agravarse aún más bajo la lluvia o en circuitos más complicados. Cuando este fin de semana, Alonso iba más allá del piano y pisaba la hierba en alguna curva, podía volver a pista. Pero eso en Mónaco, o en el nuevo circuito urbano de Valencia, significa un impacto inevitable con el guardarraíl, el final de la carrera para el piloto y la salida del coche de seguridad. Por lo que el espectáculo puede ser curioso.


El fin de semana tiene un vencedor claro, Hamilton, que dominó la carrera de principio a fin, y aprovechó su posición de líder para parar a repostar en cuanto tuvo ocasión para evitar posibles problemas si había un coche de seguridad. Pero ni con el fracaso absoluto de Ferrari en Melbourne cuando eran los grandes favoritos McLaren ha podido vivir un fin se semana redondo. Es cierto que Kovalainen se vio perjudicado por el segundo coche de seguridad, al igual que Alonso, pero el nórdico metió luego la pata al apretar el botón del limitador de velocidad en plena recta de meta. Menos mal que la televisión pilló "in fragantti" a Ron Dennis en el antepodio contándole a Hamilton porqué Alonso había vuelto a adelantar a Kovalainen. Porque sino, McLaren habría negado y perjurado que no habría sido por apretar el citado botón.

Que Ferrari haya fracasado de forma estrepitosa pero que Alonso haya sido sólo cuarto, hace ver lo mal que está el R28 y la dura temporada que nos espera. Sólo en carreras como la de este fin de semana Alonso puede llegar al podio, y porqué no, ganar la carrera. Y es que es cierto que a Alonso le perjudicaron de forma muy significativa los coches de seguridad en relación con sus repostajes, y que podría haber acabado en el podio sino es por su culpa. Un podio en el que escoltaron a Hamilton Nick Heidfeld y Nico Rosberg, dos alemanes que hicieron una carrera muy inteligente.

La única pega de este fin de semana es que quizás haya sido el último Gran Premio de Australia, al menos casi seguro en Albert Park de día. Cabe la opción de que sea allí mismo de noche, para adaptarse mejor a los horarios europeos, aunque algunos hablan de que lo que quiere Ecclestone es cargarse la visita anual a Australia por los altos costes que supone. Pero no hay que olvidar el gusto expansionista de Bernie. Y si en los próximos años se va a llegar a Rusia o India, y es posible que se regrese a África, sería díficil que Ecclestone rechazara la idea de tener a su negocio disputando carreras en los 5 continentes.

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