Ahora es el CONI el que hace temblar los cimientos del deporte español. Dice que tiene la prueba de que una de las bolsas incautadas en la Operación, en las dependencias de Eufemiano Fuentes, corresponde a Alejandro Valverde. Ha comparado el ADN de la sangre que le sacaron a Valverde cuando el Tour pasó por Italia el pasado julio con la de la famosa bolsa (que no se sabe de dónde la han sacado) que siempre "se adjudicó" a Valverde. Todo ello, publicado por La Gazzetta dello Sport, un medio serio y respetado dentro del periodismo deportivo, alejado además del sensacionalismo dopático de L'Equipe.
Desde que comenzó la Operación Puerto, en junio se cumplirán 3 años, hay una pregunta que siempre me ha rondado la cabeza: ¿Por qué ningún ciclista (al menos no he tenido constancia), de todos los mencionados en esta Operación, ha puesto su ADN al servicio de la Policía (o de la autoridad antidopaje que sea) para que se compare y se demuestre su inocencia?
No sé, pero si a mí me acusan de algo tan grave, y aunque sea "humillante", les daría mi sangre para que comprobaran si es la de una de las bolsas encontradas en su día. Y una vez demostrada mi inocencia, pediría responsabilidades a todos los que han mencionado mi nombre involucrado en la Operación sin motivo. Es duro que tengas que luchar por demostrar tu inocencia sino has hecho nada, pero mejor eso que vivir con la sospecha de la duda que se va creando a tu alrededor alentado desde algunas fuentes mediáticas.
Valverde, por supuesto, ya ha anunciado su inocencia y se ha puesto a disposición de cualquier autoridad que le solicite. Pero esto, después de todo lo que ha pasado en el ciclismo estos años, no me lo creo sólo porque lo diga Valverde. Necesitamos pruebas. Todos los ciclistas a los que pillan dopados siempre aseguran que ellos JAMÁS tomaron nada. Luego alguno ya acaba confesando, como Riccó.
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