Las 500 millas de Indianápolis están consideradas como el mayor espectáculo de carreras, acudiendo más de 270.000 personas al recinto que acoge la prueba, todo un récord para una prueba de un único día. Este año se disputa la edición número 92 de las 500 Millas, y se cumplen 63 años ininterrumpidos de carreras, desde la Segunda Guerra Mundial. Como el presentar a los pilotos que van a competir el domingo es una pérdida de tiempo, a pesar de que va a retransmitir la carrera Canal Plus Deportes, nos vamos a recrear con historias de esta prueba.
El complejo que acoge esta cita, el Indianápolis Motor Speedway fue construido en 1909, con una pista mezcla de grava y alquitrán. En sus inicios acogía multitud de eventos, hasta que sus promotores decidieron centrarse en una única prueba. Para ello, decidieron pavimentar toda la pista con 3 millones doscientos mil ladrillos (hoy en día se conserva una pequeña franja). Fue a iniciativa de su dueño principal, Carl G. Fisher, después de que hubiera habido varias muertes por la mala calidad de la superficie.
La creación de la prueba de las 500 millas, poco más de 800 kilómetros, permitió que la pista cogiera una gran fama. Las primeras 500 fueron disputadas el 30 de mayo de 1911. Venció Ray Harroun, a los mandos de un Marmon, cuya gran novedad era que llevaba retrovisor, a iniciativa del propio piloto. Aquella primera carrera fue vista in situ por 80.200 espectadores, que pagaron un dólar de entrada. Sin embargo, Harroun era visto como un peligro, ya que era el único piloto sin un mecánico. Él mismo revisaba su coche en las paradas en boxes, lo que aumentaba su cansancio. En aquellos primeros años llegaron victorias europeas, de la mano de Fiat y Peugeot. Sin embargo, después de la primera Guerra Mundial, el dominio fue para coches y pilotos americanos.
La Primera Guerra Mundial hace que los fabricantes europeos no participen en la carrera prácticamente durante el período de entreguerras. Sólo destaca la participación de un Maserati conducido por Wilbur Shaw, quien llegó a ganar la prueba.
Las 500 Millas formaron parte del Mundial de Fórmula Uno de 1950 a 1960. Eso hizo que numerosos europeos llegaran a participar en la prueba, sin ser muy competitivos. Sólo destacó Alberto Ascari con su Ferrari. Después de que las 500 Millas se quedarán fuera del Mundial de Fórmula Uno, poco a poco volvieron los constructores europeos. Destacó el australiano Jack Brabham, que compitió en 1961 con su Cooper de Fórmula Uno modificado.
Poco a poco el ingenio de motores fue dominando la prueba, y en 1978, la mayoría de motores y chasis eran europeos. Después de la llegada de constructores europeos, fue el turno para los pilotos. Muchos de ellos iniciaban su actividad en las carreras de motor escogiendo Estados Unidos, lo que les hacía pasar por el circuito de Indianápolis. Pilotos como el brasileño Emerson Fittipladi destacaron en los 80. El gran dominio llegó de la mano del campeón del Mundo de Fórmula Uno Nigel Mansell, quien se fue a Estados Unidos a correr tras ganar el Mundial.
A finales de 1995, las 500 de Indianápolis cambian de mano por cuarta vez en su carrera. Desde 1911 hasta 1955, fue organizada por la Asociación Americana de Automovilismo. Lo dejaron después del accidente que hubo en Le Mans en 1955, en el que murieron 82 personas arrolladas por un piloto. El dueño del circuito, Tony Hulman, fundó el Club del Automóvil de Estados Unidos, quién organizó la prueba desde 1956. En los 70, el aumento del impuesto a los premios, unido a la muerte de Tony Hulman en 1977, y a la muerte de varios miembros del Club del Automóvil de Estados Unidos en un accidente de avión en el 78, hacen que varios constructores se junten y creen el Championship Auto Racing Teams, la Cart.
A partir de ahí, la relación entre esta Fórmula CART y las 500 millas de Indianápolis fue de relación-odio. Varios años estuvo fuera del calendario de la Fórmula CART, aunque los propios pilotos y constructores competían en la prueba. En el año 83, se normaliza la situación, y las 500 millas forman parte de ese calendario de la fórmula CART, hasta 1994. En ese año, Tony George, dueño del circuito y nieto de Tony Hulman, decide excluir a las 500 Millas de la Fórmula CART, y crear su propia Fórmula, la Indy Racing League, la IRL. Entre sus motivaciones para hacer esto, se dijo que los patrocinadores de las 500 Millas veían que la carrera no estaba aprovechada dentro de la CART, cuando en realidad era la insignia. Además, el alto número de pilotos extranjeros obligaba a que los conductores americanos compitieran en otras categorías.
En su primer año, 1996, la IRL atrajo conductores modestos. Sin embargo, como en Estados Unidos las pruebas son abiertas, la prueba de las 500 Millas podía acoger los coches de siempre. Por eso se sacaron de la manga una regla, conocida como la 25/8. Por la misma, 25 de los 33 coches que participarían en las 500 Millas serían para los 25 primeros clasificados del campeonato IRL en ese momento, dejando sólo 8 plazas libres para quién no hubiera competido en ellas. La reacción de la Fórmula CART fue programar otra carrera, la U.S. 500 el mismo día que las 500 Millas para competir con ella. Sin embargo, esta competencia nunca existió.
En 1996, los organizadores de la IRL intentan que su calendario vaya en formato deportivo, es decir, que vaya se septiembre a junio, para que así las 500 Millas, sean el broche de oro de cada campeonato. Sin embargo, el experimento no es bien visto, y rápidamente se vuelve al año natural. El siguiente movimiento, en 1997, fue intentar reducir los costes de los coches, y basarlos en una tecnología que había sido prohibida en el otro campeonato, la CART. Esto hizo que prácticamente ningún piloto de la CART pudiera participar en las 500 Millas.
En el año 2000, Chip Ganasi, director de equipo en la Fórmula CART decide volver a las 500 Millas con sus conductores, uno de ellos el ganador de la CART Juan Pablo Montoya. El día de la carrera, Montoya da una exhibición, llegando a liderar 167 de las 200 vueltas de la prueba. Aquello fue una humillación para la IRL. Sin embargo, el gran triunfo fue para el dueño de esta fórmula, quién había traído de vuelta a uno de los equipos de la CART. Al año siguiente, Roger Penske, un histórico de la CART, compite en las 500 Millas, y las ganan. En 2002, tanto Ganassi como Penske se vuelven habituales en la IRL, aunque mantienen sus equipos en la CART. A esta adaptación a la IRL se suman en 2003 Honda y Toyota, con lo que la CART entró en decadencia.
De 1994 a 2005 se da una situación curiosa. El mismo día que las 500 Millas se disputa la Coca-Cola 600 en el Circuito de Lowe, justo después de las 500 Millas. Algunos pilotos compaginaban ambas pruebas. Así, en el mismo circuito de Indianápolis cogían un helicóptero que los llevaba al aeropuerto de la ciudad, donde cogían un vuelo para llegar a tiempo a la segunda carrera. Esto lo hicieron pilotos históricos como Andretti, Stewart o Gordon. El único que ha conseguido acabar las dos carreras en el mismo día ha sido Tony Stewart, en total, 1.100 millas, 1.700 kilómetros. En 2005, la salida de las 500 Millas se retraso una hora, hasta la 1 del mediodía hora del Este del País por imperativos de televisión. Esto hizo imposible que los pilotos compitieran el mismo día en la Coca-Cola 600, ya que esa prueba comenzaba a las 5 y media, sin tiempo para llegar.
Para la carrera en sí, los pilotos se colocan en 11 filas de 3 coches cada una, a diferencia del resto de carreras, donde se colocan en filas de 2 coches cada una. Para poder participar, hay que superar durante 4 días las diversas fases de clasificación.

La carrera tiene tanto prestigio en Estados Unidos, que existe un club de coleccionistas de cosas de la prueba. Les puedes preguntar cosas sobre la misma, y te responden. Además, las 500 Millas de Indianápolis han sido protagonistas de varias películas, la de más éxito, Winning, de 1969, protagonizada por Paul Newman.
2 comentarios:
Vaya currada de blog, y este artículo es una pasada, me gusta mucho tu blog,explicas muy bien y cosas muy interesantes,así que pasaré más amenudo.
Un besazo
Gorgeous!
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