Me parecen feísimos los nuevos coches del 2009, más aún comparándolos con los de la última temporada. Si comparamos los coches de fórmula 1 del año 2000 y del 2008, podemos ver que son muy diferentes; pero ha habido una evolución paulatina año a año que nos ha hecho "menos visibles" los sucesivos cambios. Ahora, este cambio estético es demasiado radical de una temporada para otra.
Además, la Fórmula 1 también tendrá como novedad la recuperación de los neumáticos "slicks", lisos, sin rayas. Esta es una de las paradojas de este deporte: en su día se "retiraron" los slicks y se apostaron por los neumáticos rayados para que así los coches fueran menos rápidos, todo ello en pos de la seguridad. Ahora parece que ya nos hemos olvidado de eso.
Otro cambio importante, interno, es el KERS, el sistema de recuperación de la energía que se genera en las frenadas. Este sistema está dando, y dará, muchos más problemas.
Por si no fueran pocos los cambios para la temporada que viene, el tito Bernie, el jefe de todo el negocio de la Fórmula 1, quiere algo más.
Como la Fórmula 1 tiene un miniparón cada mes de agosto (y más que va a tener como sigan cayéndose carreras: a Francia y Canadá se puede sumar Alemania), Ecclestone debió pasarse las vacaciones mirando la tele y los Juegos Olímpicos. De ahí, se supone, que ha sacado la idea de implantar en las carreras de Fórmula 1 medallas al estilo olímpico.
Es muy curiosa esta idea porque desde que el tito Bernie lleva al frente del gran circo se han celebrado unas cuantas ediciones olímpicas, pero sólo ahora ha decidido copiar la idea. Digo que es muy curioso porque llevamos tres temporadas donde el campeón de la Fórmula 1 se ha decidido en el último Gran Premio (el último que ganó con antelación fue Alonso en 2005), y en dos (2007 y 2008) el final ha sido igualadísimo. Es decir, ahora mismo, el sistema de puntuación de la Fórmula 1 no necesita un cambio.
La última vez que se cambió fue tras la soberana paliza que dio Michael Schumacher en 2002. Aquel año en que los Ferrari se dejaban ganar entre ellos (Grandes Premios de Austria y Estados Unidos), el alemán sentenció el mundial en julio. Para remediarlo, se redistribuyeron los puntos: de 10, 6, 4, 3, 2 y 1, se pasó a un sistema más ajustado, de 10, 8, 6, 5, 4, 3, 2 y 1, que premia la regularidad.
Con la idea que quiere Bernie, de que para el título mundial valgan las medallas de oro (la victoria en una carrera tendría como premio una medalla de oro), podría haber campeón en julio sin problemas (si un piloto gana las primeras 9 carreras (del total de 17) sería campeón). Con lo cual la medida va totalmente en contra del espectáculo. Pero así es el tito Bernie.
La FIA no quiere saber nada de esta medida, al menos para 2009. Y posiblemente tampoco para el futuro. Seguramente sea una idea más que vaya al cajón de las ideas imposibles, como aquella en la que para apostar por la igualdad, los pilotos rotarían por los diversos coches durante el Mundial, para que todos pilotaran todos los coches. O que la parrilla de salida fuera inversa a la clasificación mundial, y los míticos Minardi salieran así desde la pole. Ideas que, por supuesto, se fueron por el desagüe.
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