Desde mi punto de vista, es un error echar a Schuster ahora. Un grave error. La ocasión había sido tras el partido contra el Valladolid, o contra el Getafe, donde había una semana sin partido. En el último partido de Liga, frente al Sevilla, el Real Madrid jugó una buena segunda parte, y de forma sorprendente, Schuster estuvo mucho más comedido y educado en la rueda de prensa posterior al partido que de constumbre.
El relevo de Schuster, Juande Ramos, se come un marronazo con el partido del sábado. El Real Madrid podía haber aguantado a Schuster hasta el sábado y si perdía (serían 3 derrotas seguidas) o jugaban mal, tenían ya una perfecta excusa para echarlo y empezar una nueva etapa. O haber esperado al parón navideño. Ahora (hoy) no era el momento de echarlo.
Ah, una cosa, la salida de Schuster no cambia para nada el caos que es ahora mismo la plantilla del Real Madrid, con sus múltiples lesionados y sancionados. Juande todavía no hace milagros. De hecho, esta temporada fue destituido del Tottenham cuando era colista (pero muy colista) de la Premier, y su relevo en el banquillo inglés ha resucitado al equipo.
La salida de Schuster también deja algo muy patente: la carnicería en la que se ha convertido el banquillo del Real Madrid en las últimas temporadas. Luego alguno todavía tiene el valor de críticar a Sir Álex Ferguson cuando éste dice algo que molesta en la Casa Blanca.
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